Uno de los atractivos que tiene el litoral de Formentera son sus chiringuitos. Si dejamos de lado los restaurantes que están en primera línea de playa, la alternativa de los quioscos es una de las mejores soluciones para disfrutar de la playa en un ambiente relajado. Existen ocho chiringuitos de playa que están abiertos todo el año, aunque en invierno solo los fines de semana y dependiendo de las condiciones meteorológicas.
En la playa de Migjorn podemos encontrar el quiosco Bartolo, un balcón colgado sobre la cala de es Caló des Mort; la Franja, en es Arenals; el Pirata bus es uno de los más antiguos; y el Lucky y el 62, imprescindibles para encontrar ambiente alternativo. Cada uno de ellos tiene su propio ambiente y personalidad, pero todos comparten la informalidad de su oferta.
La playa de Cala Saona también cuenta con su quiosco, que lleva el mismo nombre; en es Pujols está el People Formentera, y en las inmediaciones de la playa de esta localidad está s’Abeuradeta, al refugio de un bosque de sabinas.
Pero estos establecimientos no solo están abiertos en invierno: en verano son auténticos lugares de peregrinación con el correspondiente aperitivo, especialmente a la hora de la puesta de sol.
Cada uno tiene su estilo, pero todos comparten la conexión con el entorno en el que están, además de ser lugares de encuentro donde compartir desde un refresco a un combinado se convierte en una experiencia inolvidable. Estos espacios de ocio son imprescindibles para muchos visitantes que piensan que sin chiringuito no hay verano.