Uno de los grandes retos de este siglo es lograr que Formentera sea una isla sostenible desde el punto de vista de la movilidad, pero también de la economía y del Medio Ambiente.
El reto es cambiar progresivamente los hábitos para desplazarse, con una clara apuesta por las bicicletas y por las nuevas versiones eléctricas de las dos ruedas, incluidas las motos y los coches. La isla dispone de una amplia red de carga de vehículos eléctricos en todos los pueblos y en los principales núcleos turísticos, lo que unido a las cortas distancias que se pueden recorrer en la isla, garantiza los desplazamientos.
La mejora del transporte público es otro de los retos de futuro, ya que se plantea aumentar las frecuencias de paso, las líneas de servicio publico y el modelo de los autobuses. Siempre es recomenable en las carreteras de la isla observar la máxima prudencia, ya sea el peatón o el conductor de cualquier tipo de vehículos.
La red viaria se caracteriza por la existencia de numerosas entradas y salidas de caminos, lo que obliga a estar siempre alerta.