La ciudad de Eivissa es el centro neurálgico de la isla, de ahí que en 2019 fuera reconocida como capital. Con apenas 11 kilómetros cuadrados, Eivissa engloba toda una amplia oferta de ocio, comercios y puntos turísticos de gran interés. La ciudad, que nació alrededor del puerto más importante de la isla, acoge los tesoros históricos declarados Patrimonio de la Humanidad, entre los que reinan las murallas renacentistas que protegen uno de los barrios más emblemáticos: Dalt Vila.
Se trata de un laberinto de callejuelas empedradas en las que imperan las fachadas blancas de edificios centenarios. Un barrio convertido en un museo al aire libre donde poder encontrar vestigios de todas las civilizaciones. El fastuoso Portal de ses Taules, uno de los accesos principales al recinto amurallado, da la bienvenida al visitante, que podrá ascender hasta alcanzar la cima donde se encuentra la Catedral, sede del Museo Diocesano. El Museo de Arte Contemporáneo o el Museo Puget son otras de las paradas obligatorias. En el exterior de la fortificación se encuentran los tradicionales barrios pesqueros: la Marina y el Puerto que, a día de hoy, acogen en sus calles una importante oferta de restaurantes y ocio nocturno donde disfrutar desde primera hora del día y hasta bien entrada la noche.
La ciudad de Eivissa es el lugar perfecto para ir de compras en un entorno en el que se da prioridad al viandante con el remodelado paseo de Vara de Rey, cuya peatonalización ha sido reconocida con distintos premios. La creación de nuevos parques infantiles hace de la ciudad de Eivissa un lugar perfecto para visitar con niños.
El litoral de la ciudad acoge una gran variedad de restaurantes, abiertos durante todo el año. Una oferta gastronómica a pie de las playas más reconocidas como son Talamanca, Platja d’en Bossa o ses Figueretes, tres enclaves que, gracias a la buena meteorología, se convierten en puntos de encuentro para residentes y visitantes los 12 meses del año.