En diciembre de 2019, se cumplieron 20 años desde que la Unesco declarara Patrimonio de la Humanidad el recinto amurallado de Dalt Vila, el poblado fenicio de sa Caleta, la necrópolis de Puig des Molins y las praderas de posidonia oceánica que rodean la isla. Aquella declaración incentivó la protección de estos bienes por parte de la Administración y ayudó también a mejorar la promoción de la isla.
Hoy en día, Ibiza forma parte del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, que unidas promocionan estos destinos. Para conmemorar aquella declaración, todos los meses de mayo, la ciudad de Eivissa celebra ese hecho con la fiesta Eivissa Medieval, que convierte durante un fin de semana los barrios de Dalt Vila, la Marina y el Puerto en un gran espectáculo que devuelve la ciudad a aquellos años con espectáculos, música, teatro en la calle, gastronomía, etc. Miles de personas visitan durante esos tres días la ciudad.
Yacimiento fenicio de Sa Caleta
Es el hallazgo arqueológico más importante de Ibiza ocurrido en las últimas décadas. Se trata de un poblado fundado a mediados del siglo VII a.C. por fenicios que procedían del sur de la Península Ibérica y que está ubicado en la zona sur de la isla, entre la playa de es Codolar y el Puig d’es Jondal. Sus pobladores abandonaron el asentamiento medio siglo después para fundar la ciudad de Eivissa.
Posidonia oceánica
Las praderas de posidonia oceánica son el verdadero pulmón que mantiene las aguas cristalinas de Ibiza y Formentera y además previenen la erosión costera. Esta planta merece el reconocimiento de la Unesco por ser una de las mejor conservadas del mundo, aunque también se ve amenazada por el fondeo masivo y descontrolado de barcos en verano.
Necrópolis de Puig des Molins
La zona de Puig des Molins que hoy ocupa el centro de la ciudad, junto a las murallas, fue durante varias civilizaciones el cementerio de la ciudad de Eivissa. El museo que se ubica en ese lugar recoge piezas de gran valor y una parte de la historia que ayuda a comprender la forma de entender la muerte por parte de los fenicios y púnicos.
Recinto amurallado de Dalt Vila
Las murallas de Dalt Vila fueron construidas en el siglo XVI bajo el mandato del rey Felipe II para detener los ataques de otomanos y piratas. El recinto amurallado es considerado por la Unesco la fortaleza costera mejor conservada del Mediterráneo. Esta zona protegida incluye también los barrios de la Marina, sa Penya y es Soto.