Los mercadillos empezaron a aparecer en Formentera a principios de los años setenta del siglo XX. Son el recuerdo de lo que fue la época hippie.
Generalmente, los artesanos adquirían las piedras y bisutería en sus viajes a la India, para luego regresar en verano y vender sus creaciones a los turistas. Con el paso del tiempo esos puestos fueron ocupando espacios públicos y terminaron siendo regulados.
Actualmente existen mercadillos en prácticamente todos los pueblos: Sant Francesc (todos los días por la mañana), es Pujols (diario, tarde-noche), la Savina (diario, todo el día), Sant Ferran (jueves, viernes y sábados, tarde-noche) y el Pilar de la Mola (miércoles y domingos, tarde-noche).
En este último mercadillo se ofrece animación musical y aquí se puede encontrar lo más representativo de la artesanía que se hace en la isla, además de bisutería y joyería, que siempre son un recuerdo perfecto de unas vacaciones.