Las construcciones más tradicionales de Ibiza y que hoy forman parte del patrimonio cultural de la sociedad son el resultado de las diferentes civilizaciones que han poblado la isla a lo largo de toda su historia.
Las murallas renacentistas de Dalt Vila, declaradas Patrimonio de la Humanidad, las torres de defensa, distribuidas por el litoral de la isla y que conforman un sistema de vigilancia del siglo XVI, o las iglesias fortificadas son una muestra de la herencia que se conserva en Ibiza.
Aun así, las casas payesas, encaladas, con formas sencillas y paredes gruesas, son el legado insigne de esta tradición, que ha pasado de generación en generación. La isla también alberga pozos, albercas de origen árabe, portales de feixa y molinos de agua y viento, que engrosan el listado de bienes de interés cultural y forman parte del paisaje local más auténtico y genuino.