Ibiza se ha convertido en los últimos años en parada obligatoria para muchos amantes de la náutica y la navegación. Sus aguas cristalinas, la buena meteorología y la calidad y funcionalidad de las instalaciones portuarias son las mejores bazas de esta isla para dar refugio a las numerosas embarcaciones de todo tipo de esloras que llegan año tras año.
Marina Ibiza, Ibiza Magna o el Puerto Deportivo Botafoch son algunas de las marinas que alberga el municipio de Ibiza, con magníficas vistas a la ciudad amurallada declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata de instalaciones náuticas modernas que se combinan con una oferta exclusiva de ocio y restauración. Marina Santa Eulalia y Es Nàutic, en Sant Antoni, son otras opciones de gran atractivo para atracar el barco y disfrutar de la costa ibicenca.
Todos los puertos deportivos cuentan con amarres para poder dar un servicio personalizado a embarcaciones de recreo de mediana y pequeña eslora, así como puntos de atraque específicos para superyates. Ibiza, como lugar estratégico en el mar Mediterráneo, alberga también numerosas actividades deportivas de gran calado, como la reconocida Ruta de la Sal, en la que centenares de embarcaciones participantes enlazan los puertos de Barcelona y Denia con Ibiza. Además, y debido a la excepcional oferta cultural, gastronómica y de ocio, el puerto de Ibiza se ha convertido en referente dentro del sector del turismo de cruceros. Un total de 160 cruceros atracaron en Ibiza durante 2019, con más de 352.000 pasajeros a bordo.
Las cortas distancias de la isla permiten al crucerista descubrir durante una jornada el patrimonio de la ciudad amurallada o visitar los comercios más exclusivos del centro de la ciudad de Eivissa. Como muestra del interés que despierta la isla como destino turístico, la temporada de cruceros arranca antes de la primavera con el primer atraque y concluye a finales de noviembre, lo que permite alargar la temporada turística en la isla.